España registra más bajas laborales que nunca y ya somos el segundo país de la Unión Europea con las tasas más altas de ausentismo.
En 2023 se produjeron mas de 8,1 millones de bajas por enfermedades y accidentes no laborales, que han supuesto un coste de más de 25.300 millones de euros en prestaciones económicas de Seguridad Social.
Hasta antes de la pandemia el porcentaje de absentismo promedio rozaba el 5,5 por ciento. En el momento actual asciende a un 7,5 por ciento (en ambos casos respecto a las jornadas teóricamente trabajadas).
Si a las cifras anteriores sumamos un 2,5 por ciento adicional y derivado de los derechos que emanan de los convenios colectivos (permisos retribuidos, horas sindicales, etc.), todos los días un 10 por ciento de la plantilla se ausenta de sus puestos de trabajo.
Después del Covid, en contra de lo esperado, el absentismo no solo no se ha reducido sino que se ha mantenido en cifras máximas. Es un absentismo muy ligado a las incapacidades temporales por contingencias comunes, es decir, aquellas que no se derivan ni de enfermedades laborales ni de accidentes profesionales.
El envejecimiento de las plantillas y la demora en las listas de espera de la Sanidad Pública se encuentran entre los principales motivos que explican este fenómeno que pone en jaque la viabilidad de muchas empresas y de las propias arcas del Estado.
El absentismo afecta a todos los sectores, pero concretamente a aquellos, como la limpieza, que tienen la mano de obra como principal coste, lo que origina perdidas económicas, de productividad y limitaciones al crecimiento y a la inversión.