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Alfredo Quintans

Ecolams es el spin-off ecológico del Grupo Lams, una empresa gallega con más de 20 años de trayectoria dedicada a la distribución de todo tipo de productos de limpieza e higiene, con los que el año pasado facturó la friolera de 5 millones de euros. Hace dos años, e imbuida del compromiso por construir un futuro más sostenible, comenzó a gestar el nacimiento de Ecolams, marca bajo la que comercializa centenares de referencias con certificación Ecolabel.  Esta etiqueta, impulsada por la Unión Europea, garantiza el uso de productos ecológicos desarrollados bajo el cumplimento de unos exigentes criterios de sostenibilidad y respeto al medio ambiente. Aunque el compromiso de sus productos y servicios van a más.

Para conocer más sobre esta empresa y sobre cómo está contribuyendo a generar un futuro más sostenible, nos hemos sentado con Alfredo Quintans, CEO de Ecolams, que recientemente se ha integrado en AELMA.

¿Cómo y cuándo surge Ecolams?

Ecolams nace hace dos años cuando en Grupo Lams nos damos cuenta de que necesitamos dar un paso adelante en nuestro compromiso empresarial por detener el cambio climático. Nos consideramos una empresa socialmente responsable y comprometida con las generaciones venideras y no solo de palabra, también con los hechos.

Sabemos que como nuestra empresa hay otras muchas, por eso hace dos años comenzamos a darle forma a la marca Ecolams y a buscar proveedores con los que pudiéramos garantizar a nuestros clientes una sostenibilidad 360º.

El lanzamiento oficial de la marca Ecolams se ha producido a comienzos de este año y ahora estamos dando nuestros primeros pasos.

¿Qué familias de productos distribuís bajo la marca Ecolams?

Nuestra gama de productos abarca una amplísima variedad de productos, desde productos de limpieza (de automóviles, baños, cocinas o limpieza en general) a celulosas y jabones, pasando por envases y utensilios destinados a la hostelería (envases, bolsas resellables, cubiertos, platos, vasos, pajitas, paletinas o palillos), utensilios de limpieza (bayetas, guantes, bolsas de basura, dispensadores y tolos, cosmética e higiene personal (jabón) y maquinaria.

Entre nuestros proveedores se encuentran multinacionales de la talla de Tennant-IPC, Kimberly-Clark o Goma Camp, entre otros.

¿Qué parámetros deben cumplir los productos que comercializáis bajo la marca Ecolams?

Nuestros productos son muy diversos y cada gama cuenta con una certificación en su campo que garantizan la sostenibilidad del producto a lo largo de todo el ciclo de vida. Para ello, contamos con diferentes certificaciones que acreditan la sostenibilidad de los mismos y la protección de la salud de quienes los utilizan.

Entre otras, cuentan con el sello Ecolabel, la etiqueta ecológica oficial de la Unión Europea que se crea en el año 1992 para certificar aquellos productos ecológicos que tienen muy en cuenta la protección del medio ambiente.

La Nordic Swan Ecolabel es una de las certificaciones ambientales más exigentes del mundo y, como tal, una poderosa herramienta para productores y propietarios de marcas. El certificado Vegano, muy implantado en la industria alimentaria pero no en el resto de industrias; el sello Cruelty Free garantiza que los productos no han sido testados en animales; la Green Innovations se refiere al desarrollo de tecnologías innovadoras que protegen los recursos naturales del planeta y mitigan el impacto medioambiental de la actividad humana, y el reciclaje, la valorización y la reutilización de todo tipo de residuos que implica la economía circular; el Certificado Pefc es el Programa para el Reconocimiento de Certificación Forestal que promueve la gestión sostenible de los bosques a través del sistema de certificación por organizaciones, entre otras.

Todos estos estándares cubren una amplia gama de aspectos, desde la reducción de la contaminación del agua y la emisión de sustancias químicas peligrosas hasta la minimización de residuos y envases reciclables.

¿Y cómo ha acogido el mercado vuestra propuesta diferencial?

Muy bien. Somos una empresa innovadora y cubrimos una necesidad en el mercado puesto que no hay ninguna empresa como la nuestra en España que lleve la ecología hasta el último nivel.  Sin embargo, nos hemos dado cuenta que aún existe mucho desconocimiento en el mercado, con lo que tenemos que hacer mucha labor pedagógica para explicar qué es ecológico o sostenible. Aún hay mucha desinformación al respecto y estamos enseñando al cliente a que pueda distinguir cuándo un producto es ecológico y cuándo no lo es.

Disponemos de un servicio de consultoría para formar a cualquier cliente, tanto a nivel interno como externo, que quiera pasar de utilizar productos tradicionales a productos sostenibles.

 ¿Y a qué se debe este desconocimiento cuando parece que solo se habla de sostenibilidad?

Efectivamente, a todo el mundo se nos llena la boca de palabras como sostenibilidad, ecología, cambio climático, pero la realidad es que muy pocos saben lo que realmente es un producto ecológico fuera del ámbito de la alimentación (que ahí sí que se ha hecho una importante labor didáctica para informar al consumidor sobre los valores diferenciales).

Fuera de ahí existe un gran vacío informativo y regulatorio. Hay muchos productos que se venden en el mercado con la etiqueta ecolabel pero que, cuando la analizas detenidamente,

Nuestros clientes y el consumidor final tienen que saber que no todo lo que Ecolabel es lo mismo, existen diferencias de fabricación grandísimas y nuestros productos están en los estándares más altos de efectividad y calidad. Por eso, nosotros estamos abriendo los ojos a las empresas para que sepan lo que compran o, al menos, que sean conscientes de lo que compran.

Para ello, disponemos de un centro de formación en Móstoles en el que llevamos a cabo talleres formativos dirigidos a clientes o futuros clientes.

¿Qué barreras os estáis encontrando?

Fundamentalmente el desconocimiento que existe sobre estos productos. En el imaginario colectivo existen algunos falsos mitos como que estos productos son más caros o menos eficiente en el mercado y nada más lejos de la realidad.

Lo que sí vemos es que al no haber una legislación a nivel nacional que limite el uso de determinados productos más contaminantes, como ha ocurrido en el caso del plástico, las empresas no lo contemplan como algo prioritario. Pero estamos seguros que esta legislación llegará antes o después porque el cuidado del planeta ya no es una opción sino una obligación. Y ahí estaremos nosotros, que tendremos una ventaja competitiva muy importante respecto a los que se suban al carro del oportunismo.