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María Sánchez, gerente de la empresa Serlimp

María Sánchez es gerente de Serlimp, una empresa familiar que ha crecido y se ha consolidado en el sector de la limpieza profesional en la Comunidad de Madrid.

Con algo más de 100 trabajadores y más de tres décadas de trayectoria, Serlimp es mucho más que un negocio, es una historia de esfuerzo, dedicación y legado familiar. Fundada en 1995 por sus padres, Serlimp ha ido construyéndose sobre unos sólidos cimientos y una vocación de servicio orientada a ofrecer la máxima calidad y profesionalidad al cliente.

Una fórmula que les ha permitido alcanzar el éxito empresarial, ya que muchos de los clientes con los que empezaron a trabajar en sus inicios se han mantenido fieles 30 años después. Una estabilidad y una fidelidad que también se extrapola a la plantilla de trabajadores, “la verdadera base que nos permite ofrecer un servicio excelente”, reconoce.

María, quien asumió el reto de dirigir esta empresa hace ocho años, ha continuado con la filosofía de sus padres, enfocándose en la fidelización de clientes a través de un servicio excepcional.

Con una formación en Derecho y Empresariales, María se dedicó al ejercicio de la abogacía, especializándose en Derecho Laboral, y más tarde dirigió el área de Recursos Humanos en una multinacional de servicios. Estas experiencias le han proporcionado herramientas invaluables para gestionar Serlimp, especialmente en la gestión del equipo humano, que es el corazón de la empresa.

En esta entrevista, María nos comparte su visión sobre el presente y futuro de esta industria esencial.

¿Cómo ha cambiado el sector y los clientes a raíz de la pandemia?

Tras la dureza de aquellos meses, nosotros percibimos que los clientes buscan ahora mayor flexibilidad en el servicio de limpieza. Flexibilidad a la hora de poder cambiar horarios, de hacer refuerzos a ciertas horas que antes no se hacían, de compatibilizar los días de limpieza con el régimen de teletrabajo del cliente, etc. Esto nos requiere un plus y un saber amoldarse a esas nuevas necesidades.

¿Qué lección extraen como empresa y como empresaria de esta crisis?

Las lecciones son varias. Por una parte, tener una organización con una mentalidad abierta preparada para los cambios que se pueden dar (imprevisibles y graves, como fue el caso de la pandemia). Y por otra, que con ganas y perseverancia, podemos superar cualquier situación que se nos ponga por delante.

¿Qué es lo más difícil de gestionar en una empresa de limpieza y por qué?

Sin duda, la gestión de personas. En una empresa de limpieza, el capital fundamental es el capital humano, y hay que saber gestionar grandes volúmenes de personas, cada una con su carácter, personalidad, circunstancias, etc. Y encontrar la tecla para que cada una sienta motivación por seguir trabajando y dando lo mejor cada día.

¿Cuál es, a su juicio, la mayor problemática del sector y cómo podría solucionarse?

Se trata de un sector muy poco profesionalizado, con multitud de empresas “pirata” que prometen dar servicio a precios irrisorios. Y esto provoca que los clientes tiendan a infravalorar económicamente los servicios de calidad que damos las empresas serias.

¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan las empresas de limpieza?

El absentismo laboral, que está alcanzando cifras desorbitadas. Y cómo ese absentismo afecta a la calidad del servicio y a la cuenta de resultados.

¿Cómo ve el futuro del sector de la limpieza?

Lleno de retos. Aparte del absentismo, también tendremos que enfrentarnos a la escasez de personal comprometido y la ingente cantidad de cambios legislativos.

Por ser prácticos, ¿en qué debe mejorar el sector?

En ser un sector mucho más unido, no tan atomizado. Juntos podemos conseguir muchas más cosas.

¿Desde cuándo Serlimp es socia de AELMA y cuáles son los servicios que más valora de la asociación?

Desde su fundación, hace casi 30 años. Los servicios que más valoramos es la asesoría jurídica y las acciones formativas.

¿En qué aspectos debería mejorar AELMA para prestar un mejor servicio al asociado?

Debería seguir como hasta ahora. Es una asociación muy activa.

¿Qué aporta el asociacionismo al sector?

Mayor seguridad para las empresas y más fuerza para que se nos pueda escuchar.

¿A qué dedica su tiempo libre cuando no está dirigiendo Serlimp?

A la familia y a mantener las relaciones con las amistades de toda la vida. Y muy importante también el deporte y la música.